2.jpgEl guerrero

 

Cuánto intenta el guerrero

vencer al mar,

y en aquel bregar

los sueños de volverse mueren.

 

Yo sueño con una alondra sagrada,

tal vez una gaviota de blancas ramas

como aquellos besos que da el mar.

 

Tanta idea ilusa, tanta ansia de querer

y el amor sin fin.

 

Cuánto intenta el sueño adornar la realidad

y en aquel absurdo dar, ambos son lo mismo.

 

Un ave con sus alas toca, toca,

besa el cóncavo piano.

 

¡Cómo quieres que te quiera!

si entre nosotros jamás hubo besos

ni abrazos

ni cabezas atrapadas…

los fósforos de ensueño.

 

¿Qué quieres, que te quiera?

Te quiero ¿y qué?

Para que “este querer tanto”

si sé que nunca volverás.

 

Cuánto intenta el brazo hacerse largo,

quedarse con todo lo bueno.

 

Pero el amor

también tiene su muerte

aunque no muera.

 

 

Del poemario “En Noviembre y Otros Días”, 2007

 

 

Retornar a página principal