Santiago Azágar
Datos biográficos
El poeta
y escritor Santiago Azágar, nació en Trujillo (Perú)
el 21 de diciembre de 1969. Su nombre verdadero es Santiago Azabache García, y
es hijo de Segundo Augusto Azabache Célis, de oficio
agricultor, y de la comerciante, Genara Josefina
García Chávez. Desde el año 1986 adopta el seudónimo de Azágar
que es la contracción de sus dos apellidos.
Hace sus
primeros estudios en el colegio 80820 Víctor Larco,
en Vista Alegre, Trujillo. Donde la influencia del mar de Buenos Aires lo lleva
a escribir sus primeros poemas. De esta época data su primer cuento Alma Hindú.
Se
traslada a Chimbote en 1989, donde realiza estudios de ingeniería, obstetricia
y enfermería en las universidades Los Ángeles, San Pedro y Nacional Del Santa.
En 1993 obtiene el primer premio de cuento en los Juegos Florales Enrique Cam Urquiaga con su cuento Alma Hindú, en 1994 el primer premio
de poesía en los Juegos Florales de la Universidad San Pedro con su poemario
“Sueños a poesía”, en 1995 el mismo premio con su poema “Después de la muerte”.
En 1994 publica “Sueños a Poesía”; en 2004, “De piedra y mujer”y
en 2007, "En noviembre y otros días", respectivamente. En 2015, su
libro de cuentos: "Fábulas de un cibernauta", en 2016 y 2017 su saga
de novela infantil "Ana Paula y Lucas": “Eleuterio, la tortuga
estrellada”, “Rayas, el gato mágico” y “Popy, el cuentacuentos”.
Su
carrera literaria comienza en 1991, siendo miembro del grupo literario
Trincheras de la UNS. En 1993 funda y dirige la revista de literatura “El
Universalismo” (1993 a 2008).
En 1998,
se muda a Lima. Desde entonces se ha dedicado a la docencia en el área de
Comunicación. Ha sido maestro en los colegios Santa Edelmira, San Ignacio,
Pascual Saco Oliveros, San Antonio de Padua, Matemático San Diego, Reino de los
Cielos y Nuestra Señora de Lourdes. En el 2014, fue finalista en el 4° Certamen
“Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato, de
España.
El Fin
Cuántas veces te he tenido, amor, a
mi amparo.
Sobre mis rodillas
contemplé tu cuerpo blando, tu alma desnuda.
Consentiste que te quiera y te quise
como el delicado musgo aprieta la roca amada
Cuántas veces, ajena al giro del
mundo,
sosegaste mi dolor de marino errante.
Tantas veces besando tu frente
cóncava
te probé mi lealtad. Te quise mucho.
Y aún cuando un funesto día
la cúpula del mundo
fue asaltada por ejércitos de sombras,
no huí.
No supe que tenerte era el fin,
que nuestra feliz vida terminaba,
que la piedra no podría soportar más el arrebato del mar.
No volveríamos más a querernos
y uno de nosotros tuvo que seguir...
OBRAS