En Laderas
En Laderas
el sol parece una manzana joven
(un potro pasa con el viento).
Si tengo algo de ella,
por donde me alejo y acerco,
son sus calles que bajan
a la puesta de la tarde.
En ella, en sus piedras,
me siento y pienso, nostalgia,
mientras una torre lejana
enrojece con su pluma el Cerro Negro
y destella en el
horizonte, como flotando,
un barco mercante que viene o va.
Laderas,
jirones empotrados
de árboles risueños
donde los pájaros
duermen
en puntas de lápices.
Y una ventana se abre
y alguien, no sé, me mira
porque apareció la luna en el cerro San Pedro.
Si tengo algo de ella
es la tristeza
de no volver más a su lado.