Quédate
Quédate,
talvez logre inventar nuevas maneras de
infringir lo sosegado
para tener intactas las huellas de
tus manos en mis manos.
Quédate así, quieto,
sólo mirando
mi desnudez imperfecta;
pon atención a la forma ésta de
ondularme
entre tu cuerpo.
Pero quédate,
mis surcos aún guardan
mil placeres desbocados
Porque si te fueras esta noche,
¿bajo qué planicie explotaría
mi llanto,
mi sudor...
la sed de mi pecado?