Puedo
incurrir
en no saber quién soy desde la ventana del autobús.
Puedo incurrir en mi soledad tres veces,
en mi escapatoria, en mi angustia,
en mi eterna reclusión.
Puedo
incurrir en el límite, en el movimiento,
en la velocidad,
en el silencio,
en el beso que se da por amor.
Puedo
incurrir en el paisaje,
en los desiertos, en los cerros, en las playas,
en las sonrisas sepultadas y sus ruinas.
Puedo
incurrir en el alma, en tocar a Dios,
en desilusionarme y dormir una semana.
Puedo
incurrir en buscar algo diferente cada vez
y que en la sombra mi alma no dé más.
Puedo
incurrir en prendarme de la mujer ajena
otra vez.
Puedo
incurrir en buscar la metamorfosis adecuada
para escapar de lo inapelable, de lo triste.
Puedo
incurrir en lo mismo,
en el silencio, en el sonido, en el ruido;
en amar, en volver y quedarme solo para siempre.
Puedo
incurrir en mi falta, en las mismas paredes
y en el mismo encierro.
Puedo
incurrir en enamorarme de un anhelo
y apartarme de mi tiempo.
Puedo
incurrir, apenado, en los recuerdos y
en las trenzas negras de las niñas
que en el tiempo muerto me quedaron esperando.
Puedo
incurrir en que todo está sepulto
y que estoy triste
de considerarme ajeno a mi realidad.
Puedo
incurrir en que he extraviado mi mundo y mi fe
y la gente que era mi gente.
Puedo
incurrir en que me compadezco
de toda existencia y de cualquier otra
aunque fuese una aventura.
Puedo
incurrir en no estar de acuerdo
de vivir para la cadena.
Puedo
incurrir en mi exilio otras “tantas veces”;
tener soledad, barba, tristeza, anhelos imposibles.
Puedo
incurrir en estilizar todo cuanto pueda ver en el espejo;
suponer huidas, oscuridades, sentimientos, espectros, dioses.
Puedo
suponer la mitad de mi vida soñando con la otra mitad.
Puedo
suponer criaturas, paredes, espacios; la no-existencia,
una nariz muy grande y las negras patas de una mosca.
Puedo
suponer una muchacha de vestidos cortos, la rosa en sus cabellos.
Puedo incurrir en la articulación de su mirada, en el mensaje, en la música.
Puedo incurrir en que tiene boca, ojos, andar, amor; y no existir.
Puedo
incurrir en una lágrima, en un mal rato, en una interrogación y excarcelarme,
y una vez más incurrir en un instinto, en una lucha, en un levantamiento
y tratar de vivir con el hechizo…
[Retornar]