SANTIAGO AZÁGAR
Poeta de la generación 90. Su
verdadero nombre es Santiago Azabache. Es graduado en Obstetricia y
Educación, especialidad Lengua, Literatura y Comunicación. En la década de los noventa
fundó en Chimbote, Perú, El Movimiento Cultural El Universalismo. Actualmente
se desempeña como profesor en los colegios San Ignacio y Reino de los Cielos,
Lima.
Ha obtenido los Juegos Florales 1993
“Enrique Cam Urquiaga”, versión cuento, organizado
por la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional Del Santa. Además
de los Juegos Florales 1994 y 1995, versión poesía, organizado por la
Universidad San Pedro. Además ha sido finalista en el 4º Certamen
“Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato,
España, 2014.
Entre sus poemarios publicados
tenemos: “Sueños a Poesía” (1994), “De Piedra y Mujer” (2004) y “En Noviembre y
otros días” (2007)
POEMAS
Ø El fin
Ø Soledad
Ø Mañana
A QUIEN ESCUCHE MI SILENTE NOMBRE A quien escuche mi silente nombre Diré que ya no vivo más. Un borrador Maldito ha de haberme negado la existencia Yo sólo soy un nombre Que no sueña en las esquinas Ni brocea su piel con el verano A quien escuche mi silente nombre Diré que las vocales en él Acentúan Un eco triste, pues debo estar solo En nostálgico renglón Yo sólo soy un nombre Que gusta pasear al crepúsculo Y no tiene con quién A quién escuche mi silente nombre Diré que sólo soy aquel mendigo Que viene a solearse En la lluviosa plaza Yo sólo soy un nombre Que vive soñando con su muerte A quien escuche mi silente nombre Diré que hay treinta y ocho vértebras Que occipitan mi tristeza Yo sólo soy un nombre Que plagia las emociones De una pareja sobre la friolenta banca A quien, escuche mi silente nombre Diré que ya no existo más |
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LA SOPA TRISTE En la mesa. Como en el universo Las cucharas. Las estrellas Hablan de mí Dicen que fui bueno Nomás porque me he muerto ¡y si yo no hubiera muerto! No me tomaría esta sopa triste Y este amor que me quema la garganta En mi casa. En el cementerio Mi familia. El sepulturero Hablan de mí Dicen que fui bueno Nomás porque me he muerto ¡y si yo no hubiera muerto! Me iría con mi terno de enamorado A cantarle a tu ventana En el cielo. Como en la tierra Las aves. Los hombres Hablan de mí Dicen que fui bueno Nomás porque me he muerto ¡y si yo no hubiera muerto? Mi corazón, aún seguiría agonizando Por lo que te hice a ti Por lo que le hice a la gente En la mesa. En el universo Las cucharas. Las estrellas Hablan de mí Dicen que fui bueno Nomás porque me he muerto. De “Sueños a poesía”, 1994 |
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