Llamarada

 

 

Intento lapidar este amor que llevo dentro,
pretendo lesionar mi piel para no sentirte
Quiero borrarte en un segundo de mi mente,
mas es en vano y tus besos inclementes,
Castigan, hieren y laceran inconscientes...


 Arde la piel que castiga a viva llamarada
Lenta su flama incandescente atosiga
destilando placer me desarma y se derrama
y en esa llama se consume lo inagotable.


Sucumbe mi sangre hierve, no pude parar,
queriendo disfrutar de ti lo inefable...
Las promesas se realizan describiendo lo indecible
lo indescifrable aflora, y en nuestra piel se consume


 Su suave alumbramiento es como un sol en su nacimiento
Es como un mar que rompe entre vivos oleajes revueltos,
es como un grito de olas esparcida entre las rocas,
es como el viento que sopla en huracanados tiempos...


Se difunden los gritos que desgarran las caricias,
se apresura el motivo que desprenden los sentidos,
erizada en su sentir no se esconde la piel avergonzada,
el verter inclemente es calor, es verano, que se siente.


La humedad se extiende, se desliza y da prisa.
Acorrala y provoca el inicio de un clímax turbulento...
El latir se vierte entre caricias adormecidas
y entre las sabanas ajadas se arropan los cuerpos,
que en plenitud y embeleso saciaron contentos.


Y yo, que en este momento intento alejarte.
Intento sacarte de mi pensamiento,
intento olvidarte...
Mas ve, lo que pienso...

 

 

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