EL TEST
DE PROUST
Róger
E. Antón Fabián se somete al Test de Proust. Sus inquietudes y
manías, pasiones, amores y desamores, su admiración y repulsa,
sus defectos, extravagancias y demás. He aquí las
respuestas:
¿Cuál
es tu pasatiempo favorito?
Escribir
aun sin poder escribir: estoy escribiendo cuando duermo, hago el
amor, converso con una persona y hasta cuando no escribo, ni
pienso en escribir. Escribir es mi ocupación total.
¿Qué
sería, para ti, la felicidad perfecta?
Vivir
de lo que escribo y es más que me paguen por lo que podría
escribir para poder ayudar a mis amigos escritores o no.
¿Cuál
es tu gran temor?
Quedarme
sin dedos, que mueran mis padres y toda su memoria.
¿A
qué persona viva admiras?
A
muchas y entre todas a mi madre, por su perseverancia, su entrega
apasionada por la vida y la extensión de la misma.
¿Cuál
crees que sea el rasgo que más te define?
La
desidia ante la desesperanza luego de la pasión.
¿Cuál
consideras que es tu peor defecto?
La
obstinación y la convicción de la certeza aparente e
impostergable.
¿Qué
o quién es el gran amor de tu vida?
Paula,
mi madre; Juana Hurtado Blas, mi abuela; Miriam, mi esposa.
¿Qué
podría sumirte en la más profunda miseria?
Quedarme
ciego, sin dedos, sordo y mudo, sin tan sólo una posibilidad de
comunicarme.
¿Cuál
es tu mayor extravagancia?
Escribir
con excremento a falta de lapicero.
¿Cuál
es el peor defecto que otros pueden tener?
La
pedantería a sabiendas.
¿Cuáles
son las palabras o frases que utilizas con mayor frecuencia?
¡Interesante!
¿Cuál
ha sido tu mayor logro?
Poder
escribir en un atiborrado concierto de rock.
¿En
qué ocasiones mientes?
Ahora, en este
momento, trato de no mentir, pero es casi compulsivo, qué le
vamos a hacer!?
¿Cuándo
y dónde has sido absolutamente feliz?
En
la niñez: vagando por los campos con mi perro y cazando peces
con una red preparada por mí.
¿Cuál
crees que ha sido tu mayor inversión?
Mi
vocación y el desarrollo de la misma, ante la protesta de diez
mil personas.
¿Qué
objeto personal es el que más valor tiene para ti?
El
rosario que Juana Hurtado, mi abuela me regaló segundos antes de
morir a esta vida.
¿Cuál
es tu ocupación favorita?
Leer
e imaginar lo que podría escribir, así como variar los finales
de cuentos y novelas de otros.
¿Cuál
es la cualidad que más admiras en un hombre?
La
tenacidad para sobrevivir por la condición humana a pesar de
saber de la misma.
¿Cuál
es la cualidad que más admiras en una mujer?
La
lealtad inteligente, la fidelidad racional.
¿Con
qué personaje de la historia es con el que más te identificas?
Con
el pobre Mussolini, que confió en su hermano y vio en Hitler a
un pobre diablo; cuando no me identifico con la historia; pero
cuando sí, con Juan Santos Atahualpa.
¿Cómo
te gustaría morir?
No
me gustaría morir, aunque no le tenga temor a la muerte; pero
teniendo que sumergirme en la aventura de la muerte, siendo un
ejemplo de fortaleza.
¿Si
te murieras y se te permitiera volver convertido en otra persona
o cosa, cuál crees que sería?
Yo
mismo con todo mi sufrimiento, con toda mi vida, con mi misma
madre y padre, con todos y cada uno de mis amigos de siempre.
¿Cuál
es tu lema?
Soy
ante todo un escritor.
¿Cuál
es la cualidad que más admiras en una persona?
Que
viva la dulce esclavitud ante su arte sobre todas las cosas.
¿Qué
talento especial te gustaría tener?
Hacer
música o hablar siete idiomas, lo que hace mi esposa pero yo no.
¿Qué
te disgusta de tu apariencia?
Mi
apariencia.
¿Cuál
es tu héroe de ficción favorito?
La
gran Sherezade antes de que se casara con el rey que cambió al
escucharla; y que para mí siguió siendo el mismo pobre de alma
de siempre, alimentado y transmutado por ella; pero tan necesario
¿Cuáles
son tus escritores favoritos?
Ufff,
muchos; pero sobre todo una que nunca escribió y ya no está más
entre nosotros, del cual guardaré su nombre hasta la tumba y
quizá me vaya secretamente con él.
¿Qué
es lo más valioso de tus amigos?
Su
amistad ante prueba de balas, su grandiosa e invalorable amistad
que significa sin duda muchos amigos más.
¿Qué
persona viva te parece despreciable?
Nadie
que esté vivo, los despreciables estuvieron siempre muertos y
entre ellos hay tantos