El cántaro con agua.


Ernesto Würth

 

La vida es un vértigo de luces prendidas,
se mueve en puntos suspensivos
un gran anfiteatro lleno de sonidos
y el infaltable público para que aplauda;
como greda vasija que se llena día a día
ó como el cántaro lleno de líquidos incoloros
con aguas espesas, como lágrimas
que caen al vacío, allí donde no hay nada;

la vida también está llena
de golondrinas emigrando
volando en el terciopelo de la tarde,
huyendo de sí mismas de no clavarse en ninguna parte
ocurren tantas cosas envueltas en el vértigo,
las olas indiferentes besan las arenas de la playa
se llenan los caminos de muchedumbres calladas,
mientras dibujo tu nombre en mi blanca almohada;

todo pasa, todo pasa, indiferente a tus miradas,
mas tu corazón palpita en loca carrera
de un amor que no se detiene, sigue a la noche,
se llena de luz en las auroras;

está solitario ese cántaro con agua,
sus aguas se convierten en llantos de salitre
el amor de los océanos sonando como cítaras
y el vértigo ya no es vértigo,
es un póstumo sentido de silencios
que se mezcla con el agua adentro de ese cántaro
es una cascada encerrada en un frasco
un torbellino esperando la alborada.

 

 

 

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