Para la Princesa

…cuyos ojos jamás he de olvidar...

 

 

Wilder caururo sánchez

 

 

 

Cuando dejes de importarme, recuperaré los mediodías que abortan,  desde ahora, media luz, media tormenta…

Consumiré cada mañana en la entrada biencurada – maldecida…

Y será posible, sólo entonces, hablar de olvido, respirar decencia y genitar tristezas…Volveré a ser yo sin objeciones, sin alas rotas, ni mediopelos , ni tus melindres, mi amor, sin vuestros melindres…

Y de seguro serás feliz siempre contigo y nunca conmigo…

Mortal y mortable en la condena ciega

El labio lúdico-técnico de la plenitud…

Cuando dejes de importarme sin guadaña que fecunde, sin estrella enrojecida, regresaré a tu penumbra a inclinarme…toda ventura, toda luz, toda condena…

Y beberé de tu vientre y respiraré en tu hoguera…

Y será mejor que en aquel tiempo ya no digas nada  y que yo sin ti ya no diga nada…

Convencidos, tal vez, que hemos hecho mal al acercarnos tanto…al escrutar el abismo con ojeras, al libar con faunos crueles y con siniestras doncellas…

Al confundir amor con complacencia, sexo con tortura…

Y descubrirás ahora que te hablo sin cabeza…con el corazón carbonizado…expuesto en mi silencio

Devorado en mi traición…

Y cada verso que escuches de mí, desde hoy que me alejo, terminará por perdernos, por asesinarnos tanto

Mi luz y mi mentira

Mi bosque de ojos

Mi sólida puerta

Mi duda constante

Y ya no tocaré la flor

Ni devoraré el canto en la mañana

De tu cuerpo

Hundido como estoy,

abrazando desesperadamente mi soledad primera…

Y  preguntarás si huyo

Si he decidido bien

Y toda pregunta mi mal

Toda pregunta

Ya no significa nada

Para los que hemos extraviado una estrella…

 

 

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