Miguel de Cervantes Saavedra
(1547-
1616)

A
mediados del siglo XVIII, la patria de Cervantes fue -Alcalá
de Henares-, El día en que fue bautizado -el 9 de octubre de
1547-, la fecha exacta de su nacimiento no se ha podido
averiguar.
La ascendencia del escritor sigue siendo
tema muy controvertido. Aunque se le tenga por cristiano
viejo, así y todo, no debe exagerarse la trascendencia,
pudiera darse el caso de probarse algún día que Cervantes
descendiera de cristianos nuevos. El, el genio universal de
España, un hombre obligado a callar sus orígenes, quizás
ilumine tal o cual aspecto de su universo mental, pero nunca
nos entregará la clave de su creación.
Nacido después
de dos hermanas mayores, Andrea y Luisa, Miguel es el tercero
de los cinco hijos. Un hermano menor, Rodrigo, que compartiría
su cautiverio en Argel, así como una hermana, Magdalena,
vendrán luego a completar el cuadro. De los veinte primeros
años de su vida y, más especialmente, de su formación
académica, no se sabe nada seguro. Tampoco se puede asegurar
que compartiera las estancias sucesivas de su padre, primero
en Córdoba y luego en Sevilla: el testimonio de Berganza, en
El coloquio de los perros, no basta para afirmar que
Miguel fuera alumno del colegio fundado allí por los padres
jesuitas.
En Cambio , se encuentra instalado con su
familia en Madrid en 1566,tres años después, Cervantes inicia
su carrera de escritor con cuatro composiciones poéticas
incluidas por su maestro, el humanista Juan de López de
Hoyos..
Miguel de Cervantes Saavedra, «El Manco de
Lepanto», es autor clásico y universal. Su figura y su obra
literaria desbordaron, desde muy temprano, su origen hispano y
su castellano natural, para traspasar fronteras geográficas,
culturales y lingüísticas, convirtiéndose en patrimonio de la
humanidad. El Quijote, muy en particular, tenido como
la mejor novela mundial de todos los tiempos por muchos
escritores internacionales…«Don Quijote de la Mancha»: ese
calamitoso chiflado convertido en atalaya ética y estética de
la cultura occidental…
El mismo año en que esta
relación sale de las prensas, Cervantes se va a Roma: Pasa
unos meses en Roma, al servicio del joven cardenal Acquaviva,
como se infiere de sus posteriores confidencias a Ascanio
Colonna, en la dedicatoria a La Galatea.
Pero
pronto abraza la carrera de las armas, en una fecha incierta,
aunque parece situarse en el verano de 1571, alistándose en la
compañía de Diego de Urbina, en la que ya militaba su hermano
Rodrigo, llegando a combatir -«muy valientemente», al decir de
sus compañeros- en la batalla de Lepanto. En esta
circunstancia, a pesar de padecer calentura, se niega a
«meterse so cubierta», ya que «más quería morir peleando por
Dios e por su rey»; y, en el puesto de combate que se le
asigna -el lugar del esquife-, situado en la popa del navío y
particularmente peligroso, recibe dos disparos de arcabuz en
el pecho, en tanto que un tercero le hace perder el uso de la
mano izquierda; de ahí el sobrenombre que le daría la
posteridad: «El manco de Lepanto». Él mismo evocaría,
orgulloso contra Avellaneda, el suceso en el prólogo al
Quijote de 1615.
Una vez recuperado de sus
heridas en Mesina, Cervantes toma parte en las acciones
militares llevadas con desigual fortuna, en 1572 y 1573, por
don Juan de Austria en Navarino, Corfú y Túnez. Profundamente
marcado por sus años de Italia, donde transcurre parte de la
acción de varias de sus novelas (Curioso impertinente,
Licenciado Vidriera, Persiles y Sigismunda,
etc.), parece haber conservado especial recuerdo de los meses
pasados en Nápoles: allí se le supone introducido en varios
círculos literarios, llegando tal vez a conocer al pensador
antiescólastico Bernardino Telesio, metamorfoseado, en La
Galatea, en la noble y ambigua figura del sacerdote
Telesio.
Finalmente, decide regresar a España para
conseguir el premio de sus servicios, con cartas de
recomendación de don Juan y del duque de
Sessa.
REDACTADO DE BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE
CERVANTES
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