El RINCÓN DE MARÍA (entrevistas):

Por: R.M. Juárez

Cuauhtémoc

Cuauhtémoc Molina Monroy

O btuvo por primera y única vez el PRIMER PREMIO DE CUENTO INFANTIL DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA en 1975; tiene 60 años y poco más de dos terceras partes de su vida la ha pasado leyendo toda clase de literatura; su incursión en la poesía es reciente. 

Residencia: Ciudad: México DF País: México


 

R.M.: ¿Desde cuando escribes o como es que has llegado a las letras?

Cuauhtémoc: Las tres cuartas partes de mi vida me la he pasado leyendo; el intento de escribir es meramente reciente y es ahora que escribo lo que sea, desde un ensayo técnico de mi especialidad como consultor hasta alguna pieza literaria a excepción de aquellas periodísticas.

R.M.: ¿Que clase de lectura lees, es algo en especial o de cualquier tipo?

Cuauhtémoc: Toda clase de literatura, en primera instancia filosófica, sociológica o propiamente de desarrollo humano; en segunda instancia  poesía, cuento, novela y ensayo; en tercera instancia, libros técnicos y el periódico, revistas como el Time o Foreing Office.

R.M.: ¿Has participado o escrito en algún concurso, diario o libro?

Cuauhtémoc: Una vez cuando era catedrático de teoría de organización en la Universidad Iberoamericana, escribí para el primer concurso de cuento infantil y gané, nunca más lo volví hacer.

R.M.: ¿Porque esa manera de escribir, que diríamos es algo diferente a lo que estamos acostumbramos a leer literatura?

Cuauhtémoc: Mira; realmente esta forma de escribir es producto de mi educación profesional en escuelas de formación humanista existencial, una postura filosófica propio de mi experiencia como consultor en procesos humanos

R.M.: ¿Que es lo que te inspira¿¿Las vivencias, la mujer, el amor ¿

Cuauhtémoc: La base de mi inspiración literaria está en el mundo sensorial; el contacto con el mundo sensorial tal como lo percibo en mí mismo y hago contacto con él.

R.M.: ¿Hay algún libro especial que prefieras leer?

Cuauhtémoc: Realmente me gusta leer de todo, pero por la forma en que lo hago, lo que leo no es tal como se escribe, más bien suponer lo que el autor sintió cuando escribió su obra por científica que parezca.

R.M.: Sería como recrear la existencia del que escribe, sentirlo en el momento que estás leyendo su obra.

Cuauhtémoc: Desde luego que sí, R.M.; es intentar descubrir el aburrimiento del autor cuando escribía un pasaje aburridamente técnico o científico por ejemplo.

R.M.: Interesante

Cuauhtémoc: Digamos que es develar el misterio de algo insensible.

R.M.: Insensible por las letras impresas, pero no insensible en el momento en que se escribió, imagino.

Cuauhtémoc: No lo sé; en el vicio enteramente racional de escribir hay intensidad de sensibilidades; el lenguaje a veces lo descubre, a veces no, pero vale intentarlo; puede que en palabras sensuales encuentres detrás un témpano de hielo.

R.M.: Pudiera ser y si logras adivinarlo en letras eso seria grandioso, claro.

Cuauhtémoc: Pues hay que tener un marco de referencia para poder lograrlo, algo como tipificar las formas de escribir de los autores, casi todos son racionalistas. Todos quieren mostrarse inteligentes, es un vicio.

R.M.: ¿Pero si, en las letras, descubrimos que no somos ni racionales ni inteligentes?

Cuauhtémoc: A mí me interesan los sensibles.

R.M.: ¿Dime en si cuál es tu profesión y a que otras actividades te has dedicado?

Cuauhtémoc: Soy consultor de procesos, entiéndase como el especialista que se dedica a conocer y promover la parte humana del hombre en las               organizaciones, cualquier tipo de proceso para lograr su mejor desarrollo. Así que mis intervenciones están aunadas al desarrollo humano; soy asesor de dirigentes y, en esta época, me dedico a manejar grupos de sensibilización de                conformidad a los enfoques humanísticos de la psicoterapia.

R.M.: ¿Que consejo darías a quienes se atreven a escribir?

Cuauhtémoc: En el enfoque que yo manejo, por lo menos tres recomendaciones: 1. Escribir siempre en primera persona 2. No copiarle a nadie su estilo 3. Ampliar el repertorio verbal leyendo mucho.

 

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