Numero 4, octubre del 2005

UN MUNDO UNIDO POR LA POESÍA

 



 

El Rincón de María

Entrevista a Oswaldo Roses

 

 

Rosa María:
Hola, Oswaldo, dime de dónde eres.


O. Roses:
Soy de España, provincia de Málaga, pues nací en el pueblo de Cuevas de San Marcos en 1965.


Rosa María:
¿Cuántas obras tienes editadas?


O. Roses:
Bueno, aún no tengo publicado como se suele entender un libro -en su extensión-, sólo plegables o plaquettes, pero sí estoy incluido en varías antologías.


Rosa María:
Bien, ¿alguna en proyecto de edición?


O. Roses:
En la Antología de Nueva Poesía Hispanoamérica de Ediciones Byron que lleva el compilador Leo Zelada he salido, también en algunas ya por haber ganado un premio.


Rosa María:
Me refiero a algo que tu pienses editar, creo que la mayoría valen la pena, pero por lo regular tenemos alguna que decimos "'ésta es la primera que quiero ver editada".


O. Roses:
Bueno, desde hace bastante tiempo tengo entre las manos el publicar un libro amplio sobre toda mi poesía; pero, como todos los proyectos, hacen falta recursos más que ilusiones.


Rosa María:
Tienes razón, a veces las metas se truncan un poco por  falta de recursos, y es una lastima porque muchos proyectos quedan inconclusos, frustrados.


O. Roses:
Por ello, no es cierto que hace el que quiere, sino siempre hace quien puede, y más si está agradando al sistema, a una línea dominante y además es publicitado por amigos.


Rosa María:
De  las antologías que han sido premiadas ¿me podrías mencionar alguna?


O. Roses:
No, no es eso, Rosa María, sino que por haber sido premiado en un concurso se ha hecho una antología de los premiados. Eso me ocurrió cuando gané el II Premio Internacional Encina de la Cañada de la Asociación Prometeo de Madrid, con un largo poema titulado Canto Fraternal”.


Rosa María:
Entiendo


O. Roses:
Luego gané un premio que se organizó en Ronda e, igualmente, hicieron una Antología. Pero, siempre he estado preocupado por el ensayo, y en este género ya he estado ligado a periódicos y a bastantes revistas. Es el ensayo y el pensamiento lo que más me preocupa, el conocimiento de la realidad; pues no puedes cambiar o mejorar la realidad si no la conoces. También, eso, esa atención o labor te salva de un seguimiento sobre los prejuicios, de ser una persona incoherente o confusa.


Rosa María:
Leí ayer algo de un ensayo tuyo que me pareció muy interesante, es sobre el maltrato a la mujer. Para mí es un tema muy controversial y muy discutido.

 
O. Roses:
No puedes convertirte en tu propio enemigo como un personaje ibseniano, sino tener las ideas claras o lo más claras: tener tus propios criterios. Sí, es un tema muy discutido porque a cada cual le afecta de una manera; pero lo que es para todos innegable es que la mujer no tiene o ha tenido las mismas ventajas o privilegios. Cuando analizas cualquier tema, sí, enfocas ese tema. Eso es el análisis, el enfocar o hacer tratamientos especiales de la realidad, a un niño puede conocerlo por cómo reacciona a tus cariños o por cómo a tus puñetazos. Tú decides lo que quieres conocer de un niño, así es la realidad. Tú decides qué y cómo quieres conocer algo de ella.


Rosa María:
Me gusta tu manera de desarrollar los ensayos, lo haces de una manera y un lenguaje sencillo y se entiende a la perfección. Algunas veces hace falta ese tipo de escritura, porque no sabemos quién se va a interesar por leerlo y para eso tiene que ser así: muy entendible y bien encaminado.


O. Roses:
Por supuesto, no quiero engañar a nadie, quiero dar ejemplo de eso, no manipular con el engreimiento o con la confusión las cosas. El ser humano, reconozcámoslo, no es tan bueno como nos lo pintan, no es bueno por naturaleza, sino "se hace" bueno en una sociedad a medida que se hace responsable.
Si cuando naces obedeces a las reglas de la naturaleza y eso es equilibrado; pues bien, cuando obedeces a las reglas de una sociedad, tienes que procurar que esas reglas sean justas para todos, si no estás por un camino de desequilibrio. De complacencia, diría yo.


Rosa María:
Y eso por lo regular lleva a fracasar, me imagino.


O. Roses:
En efecto, Rosa María, el ser humano es el único animal -a veces no sé si es un animal- que utiliza la naturaleza para el adorno, para decorar. Bregamos por el decoro, no por lo justo, no por algún equilibrio. En la naturaleza, todo se utiliza para una razón de peso, nunca para adornar, para exhibir, nunca para desaprovechar algo.


Rosa María:
Así como tu desarrollas los temas, hay un tema  del que se habla mucho, pero me gustaría que dieras tu opinión sobre él. La drogadicción ¿has escrito algo sobre eso?


O. Roses:
Casi todos los temas los he tratado, pues todo me atañe ya por ser humano. La drogadicción es un problema al igual que la prostitución o, mejor, la explotación sexual, pero ahí no acaba la cosa. Todo problema social es, además, un negocio: interesa que exista a muchos poderosos.


Rosa María:
Sí,  es cierto, existen muchos intereses de por medio.


O. Roses:
Mira, la injusticia no nace o se produce por casualidad, porque sí, sino es la base de un negocio. Y la drogadicción es la base de un gran negocio que la hipocresía social no aceptará, pero existe. El negocio de la droga es uno de los más grandes que existen en el mundo, en países como México o Colombia a las autoridades les interesa que exista, así lo digo y lo diré: les interesa que exista. Los drogadictos sólo son cabezas de turco, carne de cañón, conejillos de indias. A ellos verdaderamente les ayudan comunidades muy limitadas donde están sus respectivas familias.


Rosa María:
Hay muchísimas personas explotando ciertos negocios ilícitos, que afectan a las familias, pero a ellos eso no les importa, puede ser hasta la familia de ellos pero el afán de la riqueza lo pierde todo.


O. Roses:
Creo también que con una precisa educación se acababa con todo eso, pero ¿quién ayuda? Rosa María, eso es así porque a los padres se les ha enseñado prejuicios, no conocimientos, y ellos siguen con esos tabúes, y los siguen de tal manera que no tienen remordimientos (para tenerlos como te decía hay que afrontar una conciencia de la realidad). Incluso la religión ha llevado mensajes de dominio de unos sobre otros. La Iglesia siempre ha estado al lado del poder, de serle simpática, y no ha protestado por nada.


Rosa María:
Bueno, quizá esta mal el decirlo, pero si así es ¿cuántas personas hay que se tapan con religión?

O. Roses:
La religión ha querido pasar por sacar a los seres humanos de sus problemas, pero ella misma ha sido un problema para todos. Lo único que nos ha ayudado es el mensaje religioso, humanístico, no la religión como poder. Por eso cada ser humano debe ser digno de su mensaje a la sociedad, por ayudarla verdaderamente o no por sacar una buena tajada de ella o manipularla.


Rosa María:
Bien dicho, el ser muy humano  debe intentar hacer el bien y no el mal. Es mejor que  el estar metido en la iglesia solo por aparentar lo que no es.


O. Roses:
Rosa María, existe como te he dicho la responsabilidad. El ser humano no es sólo un ser destructor de su especie (homo hominis lupus), sino destructor de su medio y de sus principios. Puede corromperse con facilidad.


Rosa María:
Cambiando el tema, porque esos temas te los vamos a dejar para que los desarrolles mejor y más extenso en la revista, si continuas con nosotros, que espero así sea.


O. Roses:
Tal como lo dices, ir por lo fácil o por el tópico o por el facilismo del "carpe diem" no tiene algún mérito, sino el ver mejor las cosas para los demás ahora y mañana. En una pareja, por ejemplo, siempre hay una preocupación excesiva por la estética, por el sexo, por el poder o por el poder adquisitivo de cada uno, es decir, al final del amor queda poco: no saben lo que es el amor ellos mismos, los dos que quieren formar una pareja o un proyecto familiar. Presumir de sexo, del dinero, del poder social de cada uno es tan fácil como tonto pero ¿es eso el amor?, ¿a eso ha venido el ser humano a la vida?


Rosa María:
Se supone que el amor requiere cariño, comprensión, compañía.


O. Roses:
Pues, a tenor de eso, ya verás cómo las jovencitas van por la calle condenadas para seducir, para cargar con una estética dominante o para satisfacer siempre, siempre al macho y a los poderes dominantes.


Rosa María:
Pero eso dura en realidad muy poco tras el paso de los años.


O. Roses:
La mujer debe presumir de coraje para no cometer los mismos errores de los hombres, no en seguirlo como corderita.


Rosa María:
Claro, llega el momento en que se enfada y la situación se torna desesperante.


O. Roses:
Existe algo que en psicología se llama "transferencia" y al final, si la mujer no lo impide, recibe los mismos errores que les transmite el hombre, será sumisa así siempre.

 
Rosa María:
Agobia mucho el no tener el valor uno como mujer  de seguir sus metas.


O. Roses:
Sólo queda esta solución: que la mujer, que las mujeres aprendan a tener sus propios criterios, a protestar, a prescindir del hombre en muchos aspectos, que no dependan de él. Por ejemplo, sobre las mujeres ahí asesinadas en Ciudad Juárez, ¿por qué no se han unido todas las mujeres de ahí  para enseñarles los dientes a las autoridades? Debéis que aprender a no tener miedo.


Rosa María:
Es desesperante el caso de ciudad Juárez.


O. Roses:
El hombre eso lo ha aprendido muy bien, pero la mujer padece de demasiados miedos, nunca termina de decir basta de una vez.


Rosa María:
Pero como dicen, el valiente vive hasta que el cobarde quiere.


O. Roses:
Sí, ahí existe también un negocio, nunca una injusticia carece de quienes se enriquecen o se benefician de ella: toda injusticia es un negocio. Y las autoridades mexicanas, como gallinas o cobardes, lo consienten.


Rosa María:
Mientras exista la manera de llenar el bolsillo.

 
O. Roses:
Cuando la mujer de una vez por todas diga BASTA, dicho que retumbe hasta por aquí, que se sienta por todos sitios, entonces se acabó el cuento de esa injusticia. Por eso hay que tener las cosas claras para ser uno/una combativo/a contra lo injusto.
Rosa María,  las mujeres por ahí aún no se asocian, con algo conservadoras, o no tienen la fuerza que se debe de tener.


Rosa María:
Como tu decías en tu ensayo del maltrato, a veces son los alineamientos de la sociedad lo que rigen las costumbres desde la niñez, tienen mucho que ver.


O. Roses:
Sí, el ser humano siempre copia en vez de considerar que puede también rebelarse; en cuanto a esto, los únicos que han cambiado o mejorado la sociedad son los que han arriesgado algo, se han rebelado.

 

Rosa María:

Me decías que escribes para algún diario

 

O. Roses:
Sí, tengo una columna en “Criterios”, “La Grilla” (dos diarios digitales de México), también en redyacción de Colombia, etc. He participado en bastantes periódicos, revistas de investigación, programas de radio, etc. En revistas escritas como La Palabra Y El Hombre, de ahí, de Veracruz precisamente.


Rosa María:
Muy interesante.


O. Roses:
De México no me puedo quejar, creo que es el país que más ideas revolucionarias -en su sentido de humanidad-  tiene de todo el mundo. En parte porque ha sido un país que ha aprendido y sigue aprendiendo de sabios exiliados, de inmigrantes que continuamente regresan de los Estados Unidos, etc. La clave de mejorar el mundo está en México, o que está en esa clave. 

 

Rosa María:
Pues mira que nos das ánimos a nosotros los mexicanos con la idea que se tiene de México. Actualmente ¿dónde está tu residencia?


O. Roses:
Mi residencia está en España; no viajo mucho, pero desearía el hacerlo. Todo depende de los recursos como te decía, aunque no la capacidad del decir cosas nuevas, del rebelarte ante tantos sinvergüenzas que con su pasividad dejan pasar el tiempo y el que ocurran los sufrimientos. Por otra parte, al hilo, los que hacen las layes hacen la trampa. Hace poco ha ocurrido que Berlusconi ha sido absuelto por una ley que él mismo aprobó: el poderoso no olvida el cómo ser impune siempre. Mientras que un desgraciado por robar una bicicleta va toda su vida a la cárcel.


Rosa María:
Tienes razón. Y en tus poemas, ¿qué línea sigues?


O. Roses:
En mi línea poética sigo mi propia autenticidad, pues pienso que uno debe seguirse a sí mismo, destetarse del tradicionalismo o del truco grupal. Hacer tu propio mundo poético, el que tú sientes. Lo tradicional siempre encasilla la literatura o no deja paso a la capacidad creativa; por eso debes coger la semilla de lo tradicional, sí, pero regarla cuando la siembres con tu propia agua.


Rosa María:
Cuando sucede que escribes o inicias una línea poética que no es la tuya, ¿lo sientes?


O. Roses:
En ese sentido, mis autores preferidos son los que se rebelan con individualismo para instituir una nueva belleza: Baudelaire lo hizo  para que se creara el surrealismo a través de su decadentismo, Bécquer a favor del romanticismo, etc.


Rosa María:
Te pregunto porque por lo regular yo siento no fluir igual en otras líneas como en la mía, que es la romántica, la erótica.

 

O. Roses:
Nunca se siente como propio lo que no es propio aunque lo quieras dejar pasar así, sientes vos un beso que se da en el cine más que cuando lo das vos misma? Cuando en un poema sientas que ésas palabras precisamente que utilizaron tuyas, aunque no te reconozcan, es tu camino.


Rosa María:
Y por ese camino llegas a darte cuenta que transmites lo que quieres decir.


O. Roses:
Rosa María, lo erótico, lo romántico, etc., más que nada son temas, no tanto tendencias; y los temas siempre existirán y desarrollados bien por muchos. Sí, mismamente; tu decir ahí, con ese método de tu corazón, será tuyo. A lo mejor no conoces el éxito pronto, pero vas por el camino, descubriéndote en belleza  y en logros más y más.


Rosa María:
Terminamos esta entrevista con esta última pregunta, ¿cuál es el consejo para los que escriben o comienzan en este arte que nos gusta tanto?


O. Roses:
Vale, por último, quiero agradecerte tu interés en que esta entrevista se llevara a cabo. La poesía o la literatura es un medio también para hacer amigos; y los amigos hacen o son una pieza fundamental en cada proyecto humano. Gracias.

 

Rosa María:

Gracias, Oswaldo, hasta otra oportunidad.

 

 

 

 

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Rosa María Juárez

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