El Rincón de María
Entrevista a Oswaldo Roses
Rosa
María:
Hola, Oswaldo, dime de
dónde eres.
O. Roses:
Soy de España, provincia de Málaga,
pues nací en el pueblo de Cuevas de San Marcos en 1965.
Rosa María:
¿Cuántas
obras tienes editadas?
O. Roses:
Bueno, aún no tengo publicado como se
suele entender un libro -en su extensión-, sólo plegables o plaquettes, pero sí estoy incluido en varías
antologías.
Rosa María:
Bien,
¿alguna en proyecto de edición?
O. Roses:
En la
Antología de Nueva Poesía Hispanoamérica de Ediciones Byron
que lleva el compilador Leo Zelada he salido,
también en algunas ya por haber ganado un premio.
Rosa María:
Me
refiero a algo que tu pienses editar, creo que la mayoría valen la pena,
pero por lo regular tenemos alguna que decimos "'ésta es la primera
que quiero ver editada".
O. Roses:
Bueno,
desde hace bastante tiempo tengo entre las manos el publicar un libro
amplio sobre toda mi poesía; pero, como todos los proyectos, hacen falta
recursos más que ilusiones.
Rosa María:
Tienes
razón, a veces las metas se truncan un poco por falta de recursos, y
es una lastima porque muchos proyectos quedan inconclusos, frustrados.
O. Roses:
Por ello,
no es cierto que hace el que quiere, sino siempre hace quien puede, y más
si está agradando al sistema, a una línea dominante y además es publicitado
por amigos.
Rosa María:
De
las antologías que han sido premiadas ¿me podrías mencionar alguna?
O. Roses:
No, no es
eso, Rosa María, sino que por haber sido premiado en un concurso se ha
hecho una antología de los premiados. Eso me ocurrió cuando gané el II
Premio Internacional Encina de la Cañada de la Asociación Prometeo de
Madrid, con un largo poema titulado “Canto Fraternal”.
Rosa María:
Entiendo
O. Roses:
Luego
gané un premio que se organizó en Ronda e, igualmente, hicieron una
Antología. Pero, siempre he estado preocupado por el ensayo, y en este
género ya he estado ligado a periódicos y a bastantes revistas. Es el
ensayo y el pensamiento lo que más me preocupa, el conocimiento de la
realidad; pues no puedes cambiar o mejorar la realidad si no la conoces.
También, eso, esa atención o labor te salva de un
seguimiento sobre los prejuicios, de ser una persona incoherente o confusa.
Rosa María:
Leí ayer
algo de un ensayo tuyo que me pareció muy interesante, es sobre el maltrato
a la mujer. Para mí es un tema muy controversial y muy discutido.
O. Roses:
No puedes
convertirte en tu propio enemigo como un personaje ibseniano,
sino tener las ideas claras o lo más claras: tener tus propios criterios.
Sí, es un tema muy discutido porque a cada cual le afecta de una manera;
pero lo que es para todos innegable es que la mujer no tiene o ha tenido
las mismas ventajas o privilegios. Cuando analizas cualquier tema, sí,
enfocas ese tema. Eso es el análisis, el enfocar o hacer tratamientos
especiales de la realidad, a un niño puede conocerlo por cómo reacciona a
tus cariños o por cómo a tus puñetazos. Tú decides lo que quieres conocer
de un niño, así es la realidad. Tú decides qué y cómo quieres conocer algo
de ella.
Rosa María:
Me gusta
tu manera de desarrollar los ensayos, lo haces de una manera y un lenguaje
sencillo y se entiende a la perfección. Algunas veces hace falta ese tipo
de escritura, porque no sabemos quién se va a interesar por leerlo y para
eso tiene que ser así: muy entendible y bien encaminado.
O. Roses:
Por
supuesto, no quiero engañar a nadie, quiero dar ejemplo de eso, no
manipular con el engreimiento o con la confusión las cosas. El ser humano,
reconozcámoslo, no es tan bueno como nos lo pintan, no es bueno por
naturaleza, sino "se hace" bueno en una sociedad a medida que se
hace responsable.
Si cuando naces obedeces a las reglas
de la naturaleza y eso es equilibrado; pues bien, cuando obedeces a las
reglas de una sociedad, tienes que procurar que esas reglas sean justas
para todos, si no estás por un camino de desequilibrio. De complacencia,
diría yo.
Rosa María:
Y eso por
lo regular lleva a fracasar, me imagino.
O. Roses:
En
efecto, Rosa María, el ser humano es el único animal -a veces no sé si es
un animal- que utiliza la naturaleza para el adorno, para decorar. Bregamos
por el decoro, no por lo justo, no por algún equilibrio. En la naturaleza,
todo se utiliza para una razón de peso, nunca para adornar, para exhibir,
nunca para desaprovechar algo.
Rosa María:
Así como tu
desarrollas los temas, hay un tema del que se habla mucho, pero me
gustaría que dieras tu opinión sobre él. La drogadicción ¿has escrito algo
sobre eso?
O. Roses:
Casi
todos los temas los he tratado, pues todo me atañe ya por ser humano. La
drogadicción es un problema al igual que la prostitución o, mejor, la
explotación sexual, pero ahí no acaba la cosa. Todo problema social es,
además, un negocio: interesa que exista a muchos poderosos.
Rosa María:
Sí, es
cierto, existen muchos intereses de por medio.
O. Roses:
Mira, la
injusticia no nace o se produce por casualidad, porque sí, sino es la base de
un negocio. Y la drogadicción es la base de un gran negocio que la
hipocresía social no aceptará, pero existe. El negocio de la droga es uno
de los más grandes que existen en el mundo, en países como México o
Colombia a las autoridades les interesa que exista, así lo digo y lo diré:
les interesa que exista. Los drogadictos sólo son cabezas de turco, carne
de cañón, conejillos de indias. A ellos verdaderamente les ayudan
comunidades muy limitadas donde están sus respectivas familias.
Rosa María:
Hay muchísimas
personas explotando ciertos negocios ilícitos, que afectan a las familias,
pero a ellos eso no les importa, puede ser hasta la familia de ellos pero
el afán de la riqueza lo pierde todo.
O. Roses:
Creo también
que con una precisa educación se acababa con todo eso, pero ¿quién ayuda?
Rosa María, eso es así porque a los padres se les ha enseñado prejuicios,
no conocimientos, y ellos siguen con esos tabúes, y los siguen de tal
manera que no tienen remordimientos (para tenerlos como te decía hay que
afrontar una conciencia de la realidad). Incluso la religión ha llevado
mensajes de dominio de unos sobre otros. La Iglesia siempre ha estado al
lado del poder, de serle simpática, y no ha protestado por nada.
Rosa María:
Bueno,
quizá esta mal el decirlo, pero si así es ¿cuántas personas hay que se
tapan con religión?
O. Roses:
La
religión ha querido pasar por sacar a los seres humanos de sus problemas,
pero ella misma ha sido un problema para todos. Lo único que nos ha ayudado
es el mensaje religioso, humanístico, no la religión como poder. Por eso
cada ser humano debe ser digno de su mensaje a la sociedad, por ayudarla
verdaderamente o no por sacar una buena tajada de ella o manipularla.
Rosa María:
Bien dicho,
el ser muy humano debe intentar hacer el bien y no el mal. Es mejor
que el estar metido en la iglesia solo por aparentar lo que no es.
O. Roses:
Rosa
María, existe como te he dicho la responsabilidad. El ser humano no es sólo
un ser destructor de su especie (homo hominis
lupus), sino destructor de su medio y de sus principios. Puede corromperse
con facilidad.
Rosa María:
Cambiando
el tema, porque esos temas te los vamos a dejar para que los desarrolles
mejor y más extenso en la revista, si continuas con nosotros, que espero
así sea.
O. Roses:
Tal como
lo dices, ir por lo fácil o por el tópico o por el facilismo del
"carpe diem" no tiene algún mérito,
sino el ver mejor las cosas para los demás ahora y mañana. En una pareja,
por ejemplo, siempre hay una preocupación excesiva por la estética, por el
sexo, por el poder o por el poder adquisitivo de cada uno, es decir, al
final del amor queda poco: no saben lo que es el amor ellos mismos, los dos
que quieren formar una pareja o un proyecto familiar. Presumir de sexo, del
dinero, del poder social de cada uno es tan fácil como tonto pero ¿es eso
el amor?, ¿a eso ha venido el ser humano a la vida?
Rosa María:
Se supone
que el amor requiere cariño, comprensión, compañía.
O. Roses:
Pues, a
tenor de eso, ya verás cómo las jovencitas van por la calle condenadas para
seducir, para cargar con una estética dominante o para satisfacer siempre,
siempre al macho y a los poderes dominantes.
Rosa María:
Pero eso
dura en realidad muy poco tras el paso de los años.
O. Roses:
La mujer
debe presumir de coraje para no cometer los mismos errores de los hombres,
no en seguirlo como corderita.
Rosa María:
Claro, llega
el momento en que se enfada y la situación se torna desesperante.
O. Roses:
Existe algo
que en psicología se llama "transferencia" y al final, si la
mujer no lo impide, recibe los mismos errores que les transmite el hombre,
será sumisa así siempre.
Rosa María:
Agobia mucho
el no tener el valor uno como mujer de seguir sus metas.
O. Roses:
Sólo
queda esta solución: que la mujer, que las mujeres aprendan a tener sus
propios criterios, a protestar, a prescindir del hombre en muchos aspectos,
que no dependan de él. Por ejemplo, sobre las mujeres ahí asesinadas en
Ciudad Juárez, ¿por qué no se han unido todas las mujeres de ahí para
enseñarles los dientes a las autoridades? Debéis que aprender a no tener
miedo.
Rosa María:
Es
desesperante el caso de ciudad Juárez.
O. Roses:
El hombre
eso lo ha aprendido muy bien, pero la mujer padece de demasiados miedos,
nunca termina de decir basta de una vez.
Rosa María:
Pero como
dicen, el valiente vive hasta que el cobarde quiere.
O. Roses:
Sí, ahí
existe también un negocio, nunca una injusticia carece de quienes se
enriquecen o se benefician de ella: toda injusticia es un negocio. Y las
autoridades mexicanas, como gallinas o cobardes, lo consienten.
Rosa María:
Mientras
exista la manera de llenar el bolsillo.
O. Roses:
Cuando la
mujer de una vez por todas diga BASTA, dicho que retumbe hasta por aquí,
que se sienta por todos sitios, entonces se acabó el cuento de esa
injusticia. Por eso hay que tener las cosas claras para ser uno/una
combativo/a contra lo injusto.
Rosa María, las mujeres por ahí
aún no se asocian, con algo conservadoras, o no tienen la fuerza que se
debe de tener.
Rosa María:
Como tu
decías en tu ensayo del maltrato, a veces son los alineamientos de la
sociedad lo que rigen las costumbres desde la niñez, tienen mucho que ver.
O. Roses:
Sí, el
ser humano siempre copia en vez de considerar que puede también rebelarse;
en cuanto a esto, los únicos que han cambiado o mejorado la sociedad son
los que han arriesgado algo, se han rebelado.
Rosa
María:
Me decías que escribes para algún diario
O.
Roses:
Sí, tengo
una columna en “Criterios”, “La Grilla” (dos diarios digitales de
México), también en “redyacción” de Colombia, etc. He
participado en bastantes periódicos, revistas de investigación, programas
de radio, etc. En revistas escritas como La Palabra Y El Hombre, de ahí, de Veracruz
precisamente.
Rosa María:
Muy
interesante.
O. Roses:
De México
no me puedo quejar, creo que es el país que más ideas revolucionarias -en
su sentido de humanidad- tiene de todo el mundo. En parte porque ha sido
un país que ha aprendido y sigue aprendiendo de sabios exiliados, de
inmigrantes que continuamente regresan de los Estados Unidos, etc. La clave
de mejorar el mundo está en México, o que está en esa clave.
Rosa
María:
Pues mira
que nos das ánimos a nosotros los mexicanos con la idea que se tiene de
México. Actualmente ¿dónde está tu residencia?
O. Roses:
Mi
residencia está en España; no viajo mucho, pero desearía el hacerlo. Todo
depende de los recursos como te decía, aunque no la capacidad del decir
cosas nuevas, del rebelarte ante tantos sinvergüenzas que con su pasividad dejan pasar el tiempo y el que ocurran los sufrimientos.
Por otra parte, al hilo, los que hacen las layes
hacen la trampa. Hace poco ha ocurrido que Berlusconi
ha sido absuelto por una ley que él mismo aprobó: el poderoso no olvida el
cómo ser impune siempre. Mientras que un desgraciado por robar una
bicicleta va toda su vida a la cárcel.
Rosa María:
Tienes
razón. Y en tus poemas, ¿qué línea sigues?
O. Roses:
En mi
línea poética sigo mi propia autenticidad, pues pienso que uno debe
seguirse a sí mismo, destetarse del tradicionalismo o del truco grupal.
Hacer tu propio mundo poético, el que tú sientes. Lo tradicional siempre
encasilla la literatura o no deja paso a la capacidad creativa; por eso
debes coger la semilla de lo tradicional, sí, pero regarla cuando la
siembres con tu propia agua.
Rosa María:
Cuando
sucede que escribes o inicias una línea poética que no es la tuya, ¿lo
sientes?
O. Roses:
En ese
sentido, mis autores preferidos son los que se rebelan con individualismo
para instituir una nueva belleza: Baudelaire lo
hizo para que se creara el surrealismo a través de su decadentismo,
Bécquer a favor del romanticismo, etc.
Rosa María:
Te pregunto
porque por lo regular yo siento no fluir igual en otras líneas como en la
mía, que es la romántica, la erótica.
O.
Roses:
Nunca se
siente como propio lo que no es propio aunque lo quieras dejar pasar así,
sientes vos un beso que se da en el cine más que cuando lo das vos misma? Cuando en un poema sientas que ésas palabras
precisamente que utilizaron tuyas, aunque no te reconozcan, es tu camino.
Rosa María:
Y por ese
camino llegas a darte cuenta que transmites lo que quieres decir.
O. Roses:
Rosa María,
lo erótico, lo romántico, etc., más que nada son temas, no tanto
tendencias; y los temas siempre existirán y desarrollados bien por muchos.
Sí, mismamente; tu decir ahí, con ese método de tu corazón, será tuyo. A lo
mejor no conoces el éxito pronto, pero vas por el camino, descubriéndote en
belleza y en logros más y más.
Rosa María:
Terminamos
esta entrevista con esta última pregunta, ¿cuál es el consejo para los que
escriben o comienzan en este arte que nos gusta tanto?
O. Roses:
Vale, por
último, quiero agradecerte tu interés en que esta entrevista se llevara a
cabo. La poesía o la literatura es un medio también para hacer amigos; y
los amigos hacen o son una pieza fundamental en cada proyecto humano.
Gracias.
Rosa
María:
Gracias, Oswaldo, hasta otra oportunidad.
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