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No

No,
tal vez el silencio
no diga nada,
ni la angustia
ni el desamparo;
tal vez tu contacto no lo sienta,
y me quede esperándote por siempre,
aunque estés a mi lado...

No,
seguramente tus ojos ya están cerrados,
y no percibes mi necesidad...
Claramente escucho
aquello que callas,
y que me explica lo que no hay en ti ni en mi.
Y en este lazo afectuoso,
se teje nuestra historia,
con sus rabias y desencantos;
y nuestra muda alegría,
y con esa pasión
que nació en ti,
cuando supiste que seria tuyo para siempre,
a pesar de mi negación,
Amiga Muerte...