Año: XI     N.º 6     agosto del 2007

 

Narrativa    II

  

Gemación, Revista Poética

  

 

Galileo acaba de iniciar sesión

 

 

Colocha amistosa: Hola galileo, ¿eres español?

Richard: No María, no puedo esperarte más, tienes que venir; si no lo haces, me mataré.

Colocha amistosa: Ya pues galileo, háblame.

Lobo_cazador acaba de ingresar a Charlas literarias

Miguel Ángel: Lo que pasa es que al ir a cazar él se encontró con Melquíades y este le dijo todo de lo de la familia: sobre el final de su historia. Entonces decidió desaparecer, finiquitarse.

Colocha amistosa: Por fa’, no me dejes hablando sola; o estás ocupado

Lobo_cazador: ¿Hay alguien aquí?

Galileo: Evito hablar con extraños

María: Tengo un compromiso, no puedo ir ahora

Colocha amistosa: Ya pues Galileo, dime de dónde eres

Galileo: Soy del ciberespacio

Richard: Claro, se supone que ahora te encontrarás con Hunter: Para él siempre estás

Colocha amistosa: No puedes ser del ciberespacio; ya pues, no juegues, ¿no quieres hablar? En todo caso, no debieras estar aquí.

Lectorcito: Pero qué conseguía con su muerte

Lobo_cazador: Hola lectorcitos

Miguel Ángel: desbaratar la historia

María: Es un compromiso social, no es lo que tú piensas. Además, Hunter es primo mío

Richard: Y supongo que yo también para otros debo ser familiar tuyo

María: Ya no empieces, sabes que no soporto esas pataletas tuyas. Debo ir a una exposición de pintura.

Galileo: Era de Irlanda, ahora… ya no lo sé; por eso digo que del ciberespacio.

Colocha amistosa: Dime, ¿te gustan las latinoamericanas?

Galileo: ¿De dónde eres tú?

Lobo_cazador: Alguna nena ardiente… Hola Colocha

Colocha amistosa: De Colombia.

Galileo: Prefiero evitar a las de tu género, solo traen problemas. Conocí a una que no he terminado de quitármela de encima.

Colocha amistosa: Pero yo puedo ser diferente. Quieres ir al privado conmigo

Galileo: Me da igual.

Richard: ¿Puedo ir contigo?

María: Iré sola; quiero un poco de espacio hoy. ¡Acaso no puedes entenderlo! Dios mío, quién pudiera hacerlo.

Colocha amistosa: Es que aquí hablan todos y no podemos estar en paz

Lobo_cazador: Yo te acompaño mi amor. Contigo a donde sea

Lectorcito: ¿Y como explicas el olor a pólvora que queda después y sigue impregnado en la tierra luego de muchos años?

Richard: Pero yo te amo.

María: No es suficiente el amor. Hay algo más, algo que… dejémoslo ahí.

Lobo_cazador: Yo sé amar de verdad. Pruébame ricura

Miguel Ángel: Es que al Gabo no le quedó otra que idear algo para justificar su ausencia, pues José Arcadio debía continuar en la historia. Y luego del suicidio, solo pudo llenar el vacío con algo que recordara su presencia.

Lectorcito: Tal vez por eso dejó recluida a Rebeca en su casa hasta su muerte. Porque ya no podía interactuar.

Lobo_cazador: Presénteme a esa Rebeca y yo le hago compañía

Miguel Ángel: Claro; ya vas entendiendo

Richard: Te seguiré. Ya me dijiste a dónde vas. Sabré dónde encontrarte.

María: Si lo haces, no te hablaré más. No contestaré tus escritos

Lobo_cazador: No lo dejes María, no lo dejes llorando

Lectorcito: Ah, entonces por eso el hilo de sangre, porque se supone que Ursula estaba distraída en sus caramelitos de animales y no tenía tiempo para nada, porque el narrador lo dispuso así. Y luego del disparo, forzó a que el hilo de sangre llegara a ella y la guiara así como está narrado en la historia.

Miguel Ángel: No lo pensé yo así, pero vale tu razonamiento; ya vas agarrando la lógica.

Lobo_cazador: O sea yo estoy Pintado. Aburridos.

Lobo_cazador abandonó Charlas literarias

Galileo aceptó la invitación al privado

Colocha amistosa: Dime Galileo, ¿cuál es tu verdadera historia?

Galileo: pues no lo creerías, mejor hablemos de ti.

Colocha amistosa: Ah no; tú eres el que debe hablar. Estoy dispuesta a escucharte cariño (es un decir)

Galileo: pues se resume a diez años. Solo eso, después de diez largos años se me presentó ella y no pude contener la sangre.

Colocha amistosa: O sea te enamoraste de ella

Galileo: Algo peor, debiste estar en mi lugar para saber qué siente uno después de diez años.

Colocha amistosa: No entiendo nada

Galileo: Mejor lo dejamos ahí. ¿Dices que eres colombiana?

Colocha amistosa:

Galileo: Ya hay solución a vuestros conflictos internos

Colocha amistosa: Creo que a nadie le interesa eso más que a nosotros, que lo padecemos.

Galileo: Yo estuve en una de esas maravillosas revoluciones. Bueno, estuve muy cerca, casi llegué. Lo viví como si fuera mi propio conflicto. Quise ayudar. El destino me lo impidió.

Colocha amistosa: Una revolución como la de mi país. ¿Acaso la de Perú?

Galileo: No, pero da lo mismo… Estuve en Canudos. ¿Te dice algo?

Colocha amistosa: Verdaderamente, no.

Galileo: Fue hace mucho tiempo, en Brasil.

Colocha amistosa: No la recuerdo. ¿Entonces, ya eres mayor?

Galileo: No lo sé. ¿Qué año es?

Colocha amistosa: 2007; ¿En qué mundo andas?

Galileo: No lo sé. ¿En qué mundo andas tú?

Colocha amistosa: En este pues; tú eres el que parece de otro mundo

Galileo: Veo que no eres lectora, ese es el problema.

Colocha amistosa: ¿Y tú sí lo eres, mi amor?

Galileo: Vez, te dije que no entenderías.

Colocha amistosa abandonó sesión

Richard: María, ¿sigues ahí?

María: Sí, no puedo irme si no me dices que estarás bien.

Richard: Nunca lo estaré. Pero me quedaré a esperarte. ¿Volverás?

María: Claro, te quiero, siempre estaré contigo, lo sabes.

Richard: pero solo como amiga.

María: Me voy.

Miguel Ángel: Oye Lector, ¿quiénes son estos dos?, parecen conocidos

María abandonó Charlas literarias

Lectorcito: Todo parece conocido aquí. ¿Y qué pasaría con los dos perrazos que tenía José Arcadio?

Miguel Ángel: Es un detalle que el Gabo dejó de narrar

Lectorcito: Sí. Pues a ver si lo discutimos en otro momento. Debo salir

Miguel Ángel: Ok, yo debo hacer lo mismo

Galileo acaba de ingresar a Charlas literarias

Lectorcito: Adiós personaje vargasllosiano, te quedas solo; 

­Galileo: No importa, estoy acostumbrado a estar aquí.

Jurema acaba de ingresar a Charlas literarias

Miguel Ángel: Chau a todos. Saludos a los otros que paran siempre aquí.

Miguel Ángel y Lectorcito  acaban de cerrar sesión

Jurema: ¿Galileo; estás ahí?

Galileo: ¿Acaso no se puede huir de ti?

Jurema: No mientras sigas en este mundo

Galileo: Pero ya te pedí perdón

Galileo: El perdón no remedia nada

Galileo: Si solo pudieras olvidar

Jurema: No se puede olvidar desde mi posición

Rufino acaba de iniciar sesión

Rufino: ¿Alguien ha visto a Galileo Gall?

 

 

 

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GEMACIÓN. Revista de poesía. Año XI. Número 6. agosto  2007. Director: Gustavo Tapia Copyright © 1994-2007 Movimiento Cultural El Universalismo. Reservados todos los derechos . Chimbote, Ancash (Perú). Cualquier reproducción total o parcial debe contar con la autorización expresa del editor o de los autores.

  

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