LAS COSAS MUDAS
Detuviste
el reloj de mi vida
lo has convertido en
espera
desde la dulzura
de abril a diciembre
y yo sigo transitando
el silencio
mirando el mudo
paisaje
de tu ventana
A las siete
con el viento celeste
a las once
con la luna encantada
sólo una hoja agoniza
arrastrada por el
viento
me dice de tu ausencia
de tu distancia de
siempre
Quizá mi nombre
es vago recuerdo
y mi rostro
imagen confusa
¿Habrás olvidado
el calor de mi piel en
julio
agosto o setiembre?
¿Y mi alma?
¿Y el poco de vida
que te entregué en
aquella posada?
Algo de ti se quedó
conmigo
y quedé adicta a tu
recuerdo
en inevitable
nostalgia
tú dijiste “hasta
mañana”
se va haciendo hasta
nunca.