Jazmín

 

(La muchacha que violó mi correo)

 

Y será  la hora de que pongamos las cosas en claro...yo no soy tu espacio, pero tú sí eres mi tiempo

Y basta ya mi mariposa de sangre, basta ya de solipsismos y de antimonios y de encuentros malos y salidas extrañas.

Ha llegado la hora de que te diga las cosas con su herida propia hasta que te salgan los ojos del alma

Porque ya no puedo cantar a los rosales y ya no puedo divertirme en escupir meandros, porque estoy tan perdido entre la gente como tú lo estas de ti misma.

Mariposa de sangre... hermana que salmodias detestables extravíos... abrázame... estamos listos...

Saquemos el pie del acelerador... seamos más juntos que nunca solo dos extraños que se observan que se comprenden sin tocarse.

Mírame bien yo llevo la culpa de ser sólo un hombre de palpitar junto a ti con solo un corazón, con sólo un corazón y sin una cabeza...

Estoy aprendiendo de tus múltiples rostros...

Mira el mío a contralto, mira  mi carne caída, mi soplo de metal, mírame sin olvidar que a veces nos sentimos tan bien de herirnos solos....

Y ya no quiero piedad de nadie pues la culpa de ser un cerdo la llevo desde que vi a tu hermoso niño acostado en la vía a la espera del tren que lo salvaría de ser sólo una piedra más en este universo de inmensidad malsana

...Ya no puedo decir lo que no pienso, lo que me dictan...

Estoy poseído y me asombro de que puedas soportar  mi alada sombra que maldice y destruye todo sueño tuyo...

Mi hermana de sangre... mi hermana de luz, tú y los ángeles que se derraman entre pliegues sangrantes... tú, mi alma, mi alma muerta porque no hay inmortalidad entre la nada, entre lo que nos sobra y lo que nos somos...

Tú,  mi arcángel castigado por  la histeria...

 

 

 

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