Llevar horas escribiendo no sería gran cosa de no existir la seguridad que lo hecho será igual de placentero a los ojos del lector. Durante cinco noches consecutivas he sido tripulante en cada una de las historias y poemas reunidos aquí, ha sido una experiencia por más esencial, como haber dado la vuelta al día en cientochenta mundos. Sospecho que semejante experiencia en mí, haya enraizado delirios de aventura.
No pretendo decirles que esconde cada uno de estos mundos, sé de antemano que sería una historia por más lejana a la que ustedes encuentren aquí; mi presencia corresponde a la de un guía de abordo.
“Gemación” emprende este viaje, el quinto en diez años, con la certeza que el tiempo dedicado a su provisión están por más compensado. No en vano se afirma que, en la larga travesía del hombre, ningún placer ha superado a la lectura. Pero también es cierto que similar alcance encierra, en quienes escriben, el acto de escribir.
Queda claro que los lectores – y sólo ellos - juzgaran si valió la pena hacer este viaje. Si fue provechoso entrar a mundos como los de Ricardo Ayllón, Róger Antón Fabián, Teófilo Villacorta, Carlos Rengifo, Heber Ocaña, Juan Benavente, Denisse Vega, Ernesto Wurth, Rosa María Juárez, Claudina Llanos, José J. Ríos, Tania Guerrero, César Quispe y Roxana Ghiglino.
Si usted decidió subirse abordo, queda decir: “elevar anclas”…
Azágar
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